La inversión total cubre todos los gastos necesarios para abrir el showroom y alcanzar el punto de equilibrio. Esto incluye la tarifa de franquicia, costos de equipo, trabajos de renovación, consumibles, pequeños artículos de inventario, el depósito de alquiler, el primer mes de alquiler y las pérdidas operativas iniciales para mantener el showroom en funcionamiento hasta que se vuelva rentable